sábado, 27 de marzo de 2010

Alejandro Jodorowsky. LA CRAVATA, Francia, 1957.


Director de cine y teatro, escritor, guionista, dramaturgo, cómico, mimo, poeta, apasionado del tarot esotérico, creador de una cosa llamada la psicomagía, y fundador en sus años mozos, junto con Arrabal, del llamado Teatro Pánico.

Jodorowsky es para muchos hoy en día lo que suelen llamar un Director de culto, transgresor, peleado con la industria, a veces incomprendido y con un trabajo de por medio que suele ser del agrado de muchos en cuanto a estética se refiere, manejando nociones básicas del surrealismo, con una mezcla espiritual que ayude a ensalzar el alma. "Es cine para pensar", comenta Jodorowsky en una entrevista, pero también aclara, que no es cine inteligente.
En este caso su "Primer cortometraje" (Dado por perdido, hasta que fue encontrado en 2006 en un galpón alemán) no escapa de esta visión.
"La Cravata" (La Corbata) o también llamado "Les Têtes Interverties" (Las cabezas invertidas) toma su argumento basado en un relato del escritor Thomas Mann, titulado: "Las Cabezas Trocadas" sobre la búsqueda de dos jóvenes, por el amor de una chica, que por medio de la intervención de una divinidad Hindú cambian sus cabezas, para de esa manera cumplir con el gusto de la amada que busca en ellos la complementación del espíritu y la carne.
La versión de Jodorowsky, toma la anécdota del relato para manejar un discurso algo distinto, pero no alejado del todo del planteamiento inicial "No eres un cuerpo con alma, sino un alma con cuerpo" A. Jodorowsky.
Para ello se presenta una puesta claramente teatral que intenta dar un artificio, más que buscar naturalidad. (Pues en qué película de este señor se nos presenta una búsqueda realista de las cosas). Justamente esa búsqueda artificiosa tanto de la historia como de la puesta en escena, de las actuaciones, de la música, y de los decorados, crean una simbiosis que logra su cometido a la hora de hacernos "pensar".
Es importante aclarar que el surrealismo manejado por Jodorowsky, no es el mismo que en su época proclamaron Lorca, Duchamp, Dalí o Buñuel, las historias de A.J. no platean situaciones oníricas que buscan la interpretación simbólica de las cosas, aunque se pueden encontrar. En el caso de "La Cravata", se nos presenta más bien un cine experimental, que adopta una postura existencialista y un tanto maniquea.
Daniel.

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