jueves, 9 de diciembre de 2010

Temple y Jane: Los rostros monstruosos del cine de su tiempo.

Temple y Jane:

Los rostros monstruosos del cine de su tiempo.

Por: Daniel Dannery

Nota del Autor (Osea, Yo):

Este texto he de considerarlo una serie de apuntes de lo que podría ser en un futuro un análisis detallado de la película “¿Qué pasó con Baby Jane?” (1962) Del director Norteamericano Robert Aldrich. Estos apuntes están elaborados, en base al análisis simbólico-psicológico realizado de la obra pictórica “Shirley temple, el más joven y más sagrado monstruo del cine de su tiempo(1939) del artista español Salvador Dalí, con motivo de su cercanía con el mito griego de la “Lamia”.

Me pareció conveniente el análisis comparativo de ambas obras (Tanto el cuadro, como la película) por la similitud temática que ambas exponen.

APUNTES:

Bette Davis como "Baby Jane".

Shirley Temple

La conciencia irracional se conecta de manera asombrosa hacia un pensamiento dirigido como no dirigido, el inconsciente colectivo se presenta sobre las mentes creadoras, dejándonos ver manifestaciones artísticas de carácter tanto lógico como abstracto.

De esta manera lo arcaico, junto al pensamiento actual se encuentran, y el fenómeno del inconsciente entra en escena.

Jung, nos dice “…El inconciente, es un estado constante, duradero, que, en su esencia, se perpetúa semejante a si mismo; su continuidad es estable, cosa que no se puede pretender del consciente…” (1944, p.46).

Dalí se conectó con su inconsciente dejando para la posteridad un retrato que nos muestra la maquinaría de una época que hizo de alguien carente de maldad, el más horrible monstruo.

Shirley temple, el más joven y más sagrado monstruo del cine de su tiempo” (1939) refleja en esa inquietante imagen la figura casi paradójica, de una pequeña que gozaba de fama y que lentamente engranó en un proceso que la llevó hacia el camino de la perdida de la inocencia. Una empresa que actúa de monstruo (Lamia) succionando poco a poco la infancia de una pequeña que debido a su talento perdió la inocencia (sangre).

En Baby Jane ocurre de manera similar, la representación arquetípica de la inocencia, se ve desde un inicio apocado por los reclamos incesantes de lo típicamente infantil: El capricho. De esta manera la construcción del personaje es repudiante desde el primer momento en que aparece en la puesta en escena hablando con el padre. Podría ser, ese ser cautivante, inocente, hermoso ante los ojos embelesados de su público, pero detrás del escenario se convierte en un horrible caldero de exigencias que nos intentan demostrar la maldad naciente en el personaje de Baby Jane. ¿Pero es realmente así? O Baby Jane es simplemente un producto elaborado y victima, no de la industria para la que trabaja, como ocurre con Shirley Temple, sino de aquellos seres más cercanos a su vida, su hermana, por ejemplo.

En este caso los roles toman una significancia mística. Para Shirley Temple, la industria se convierte en un motor que la hace avanzar a ritmo acelerado hacia el olvido, en el caso de Baby Jane, el olvido se convierte en lo natural de la fama, y se despliega en circunstancias irónicas hacia el rol de su hermana, de esta manera Baby Jane tiene de quien sentir envidia y verse siempre al espejo de su hermana. Shirley temple, tiene que estar constantemente viéndose en su propio espejo, sin posibilidad de retorno y desbocadamente llevada al olvido.

Baby Jane por el contrario, puede reclamar hasta el fin de sus días la perdida de la fama en la figura de la hermana, y cargar con ese peso hasta el fin de sus días. Es aquí donde una especie de locura comienza a hacerse latente cada vez más.

Al observar el cuadro de Dalí cuya imagen central es la de un animal cuadrúpedo y que por cabeza tiene el rostro de Shirley Temple, imaginamos que algo es presa de esa imagen o la misma imagen es presa de si misma, y al compararla con la imagen del monstruo mítico de Lamia, es imposible dejar de notar el parecido entre una imagen y la otra.

¿Qué sucede dentro de esa imagen? ¿Qué trata de mostrarnos?

Según la mitología griega: Lamia, una mujer hermosa, amante de Zeus fue victima de la envidia de Hera, quien decide acabar con todos sus hijos, Lamia totalmente acabada decide escapar hacia el desierto, refugiándose en una cueva y convirtiéndose en un monstruo escamoso, hermafrodito y con sed de sangre.

Tanto la muerte, como esa perdida de la inocencia que le fue arrebatada a Lamia se deja ver en el cuadro de Dalí, la figura de la Cuadrúpeda Shirley rodeada de calaveras y huesos (símbolos de muerte) y sobre su cabeza un murciélago posado como si esperara el momento para saciar una sed de sangré (que de igual manera simboliza el sexo hermafrodito de la Lamia), son elementos fundamentales dentro de la historia de Lamia.

Podemos aclarar que tal vez la figura de Shirley esa pequeña que a los seis años de edad ya era famosa, y que fue aclamada por una empresa solo en sus años de infancia por su talento y “madures” se encuentra dentro de un ciclo donde su niño interno empieza a morir y ella comienza a convertirse en mujer prematuramente.

En el caso de Baby Jane, Jane se nos muestra como una mujer atrapada dentro de una burbuja, donde los demás deben satisfacer sus necesidades, estamos viendo que la pequeña Jane ya es una mujer. ¿Dónde están el resto de los elementos compositivos que hacen de Jane una representación calcada de la figura de Temple, o del cuadro de Dalí en si mismo? Jane es dueña de su propio destino, y es ella quien trae la muerte a su propio cuadro, es ella quien cree tener la libertad de hacer con su vida una sucesión de pinceladas que desembocarán en el destierro hacía las cavernas, pero Jane ya ha sufrido un proceso muy avanzado de metamorfosis, que no me atrevería del todo a llamar locura, sino venganza.

Pero el arquetipo de mujer nos deja ver impresionantemente como esa figura femenina es vista de igual manera como una especie de monstruo encantador ¿Es qué puede ser posible que Shirley Temple, se haya convertido en eso?, la imagen de la inocencia muere, culmina con un periodo, para empezar con otra etapa.

El mundo de la industria cinematográfica acabó con un ser viviente despojándolo de una vida normal y corriente y dejando a la pequeña niña, no con la imagen del escape y el refugio (que necesariamente y simbólicamente esa imagen se encuentra referida de por si a la industria, lugar donde ocurre la metamorfosis –no material-, más bien mental de la joven actriz) si no con la creación “Del más joven monstruo sagrado del cine de su tiempo”.

La imagen de Dalí muestra la metamorfosis de una pequeña, que rodeada de huesos y calaveras, trata de mantenerse estable aunque el mundo que la rodea incansablemente este absorbiendo poco a poco su vitalidad. Baby Jane ha perdido todo indicio de energía, y busca incontrolablemente volver al principio de todo. ¿La búsqueda de la redención, o más bien un recuerdo que se deshace como el agua entre los dedos, y que hace conciente e inevitable el dolor del futuro, que es inaguantable? La mirada al pasado se convierte, en el premio de la muerte, pues de la nostalgia y el del sentimiento de frustración y la condición del abandono y la soledad, es de lo que bebe Jane, cada vez que mira a su hermana o le hablan de ella. Tiene que inventarse un mundo, donde ella sigue siendo eso que ha desaparecido con el tiempo, y para lograrlo debe sentirse como una pequeña de 6 años, quizás es por esto que Baby Jane se ve así misma como una de esas pequeñas muñecas que llevan su nombre y que yacen sentadas conservando la belleza, el blanco impecable de la pureza en sus vestidos, pero como algo sin vida.


Dalí nos muestra un símbolo Technicolor ¿Qué hubiera sido de la pequeña Shirley si su fama se hubiera adquirido a colores desde una pantalla de televisión?, en tal caso, tenemos a una doncella que pasó a ser victima y seguidamente se convirtió en una devoradora insaciable de fama, así como nos lo deja ver el mito de Lamia como la devoradora de sus hijos y de los hijos de los demás.

No es una decisión al azar; como no lo es cualquier decisión en el cine, que Baby Jane, se haya filmado en B/N, ¿Por qué no a color? Hay una estética, me atrevo a decir, casi expresionista en la composición fotográfica de esta película, un mundo terrorífico y detenido en el tiempo (La Casa) donde habitan estos dos seres: Victima y Victimario, el orden de esta condición es aplicable a ambas hermanas. La degradación de Baby Jane se ve unificada al rondar sobre sus propios pasos día y noche en una caverna que ella misma ha condicionado para su beneficio, y donde su hermana Blanche, es una presa fácil. En este juego psicológico que plantea la elaboración de un plan servido en bandeja para lograr la venganza y adquirir la salvación en el reencuentro con la fama. De esta manera la atmosfera creada fotográficamente en esas escalas cromáticas grises, amplían en el espectador la sensación de desesperación, de encierro, que necesita Baby Jane como personaje para desbocarse y adquirir su sanción final, de la misma manera como le ocurre a Norman Bates en “Psicosis”.

Está misma tensión se logra apreciar en los exteriores cuando Baby Jane transita por la ciudad, sólo hay respiro en los momentos en que ninguna de las dos hermanas se encuentran en plano.

La desventura existencial de la pequeña Shirley se puede comparar de igual manera con el rapto de la doncella (Perséfona o Cora) quien se encontraba en un florido prado en compañía de las oceánidas, entretenida recogiendo flores, quien al apartarse para recoger unos narcisos, en ese momento, se abrió la tierra bajo ella y de la grieta surgió montado en un carro tirado por caballos el rey de los infiernos: Hades, quien se precipitó sobre la Joven Cora para raptarla (Seemann. 1968 p.267) Hasta aquí el mito se asemeja a lo ocurrido con la pequeña Shirley, princesa o doncella quien fue raptada abruptamente por ese demonio como lo es Hollywood, pero Cora tuvo que quedarse en los infiernos pasando de ser una joven inocente (como lo fue la pequeña Shirley) a convertirse en una diosa de la muerte.

¿Quién Rapta a Baby Jane? O quién es a fin de cuentas el Hades de esta historia: ¿El padre, quien se aprovechó del talento de la hija para obtener fama y dinero a su costa? ¿La madre, quien callada y alcahueta, dejó la potestad de su pequeña en manos del padre, para que este lograra hacer cualquier cosa con ella? ¿La hermana, que observaba en silencio como su hermana era llenada de ovaciones, mientras su padre le ordenaba mantener la distancia, mientras ella todo lo que necesitaba era un poco de atención? No voy a responder a esta pregunta.

La muerte simbólicamente se representa la mayoría de las veces con huesos y calaveras (esqueletos), Shirley se ve dentro de la imagen rodeada de muerte, como lo estuvo Lamia cuando huyó hacía el desierto. Un ambiente rojizo que simboliza cambio y entre los huesos desplegados sobre la tierra, entre las patas delanteras se observa una calavera ¿Por qué esa calavera en primer plano?, justamente la calavera es una representación abreviada de la muerte.

Si vemos la pintura sin necesidad de compararla con el mito, no nos encontraremos simplemente con un cuerpo de león que lleva por cabeza el rostro de Shirley Temple. El rostro humano, ya es manifestación de una vida espiritual, la mas perfecta prueba del mundo visible, entonces caemos inevitablemente en el principio, hay una muestra de vida, inocencia en tal caso, el rostro de una niña, inmerso en un lugar donde se respira muerte.

Baby Jane, ya lo hemos dicho, adolece de juventud, aunque la resistencia a envejecer sea motivo de la historia. La muerte se presenta como una solución. Aquí el rostro humano no es esperanzador ni motivo de vida, pero si una muestra del mundo visible, del horror del mundo tangente, Baby Jane se nos muestra como un cadáver en descomposición, algo sumamente frágil, pero capaz de acabar con todo a su paso, como si se tratara de la misma peste, como un virus. Es ella buscando una manera de aferrarse, de volver a existir, Baby Jane es la muerte misma. Y encuentra en el pianista una solución, un vestigio de esperanza. Su hermana es un obstáculo, y debe por todos los medios acabar con él. Pero hay algo en ella que no le permite del todo cumplir y finalizar con su misión. La duda.

Lamia era capaz de quitarse los ojos ¿es posible que Shirley temple haya vivido la mayor parte de su infancia ciega? Casada con el mismo demonio, como lo estuvo Perséfona de Hades. En este punto todo es posible, una pequeña a la que le fue arrebatada la inocencia, para luego ser convertida en una especie de reina diabólica por el mismo ente que la rapto, sin ver siquiera el proceso metamórfico de su personalidad.

Jane resguarda dentro de si un eco de salvación, su ceguera por momentos conciente la hacen dar pasos certeros en el mundo en el que se desenvuelve con comodidad, pero por momentos tambalea, nunca lo vemos, pero lo percibimos, es por eso, que en el momento mas critico, cuando el pianista descubre que ella ha amordazado a su hermana paralítica y la tiene encerrada en el cuarto, intenta por todos los medios convencer al pianista de que todo puede terminar bien, y en vez de acabar de una vez por todas con la vida de su hermana, decide llevarla con ella, seguir a cuestas, porque sino estaría incompleta, faltaría una pieza.

La belleza suele asociarse la mayoría de las veces con la perversidad, no es casualidad que Síbaris (Lamia) y la misma Perséfona hayan caído presas de su propia belleza, y recibido un castigo por serlo, de la misma manera no es casualidad que una pequeña como lo fue Shirley halla recibido de parte de hollywood un castigo por su belleza y talento. Seguramente Dalí no pensó en Shirley como una doncella raptada, si no como un fenómeno cultural de una época que ansiaba más de una pequeña que fue llevada de la mano hacia el mismísimo infierno.

“En la diosa del mundo subterráneo Perséfona (esto es, la que destruye la luz), que los atenienses preferían designar con su nombre místico de Cora, se funden dos ideas distintas. En efecto, por una parte, como esposa de tétrico soberano de los infiernos, coincide con la significación de éste, y es un poder tenebroso y demoníaco que despiadadamente arrastra a todo lo viviente hacia los obscuros abismos subterráneos…Perséfona es la sombría soberana del dilatado reino infernal, cuyo trono ocupa al lado de su siniestro esposo, y habitar sus dominios como súbdito suyo les parece el más cruel y lamentable de los destinos. Mas, por otro lado, ella es también Cora, la encantadora hija de la mas bondadosa, generosa y rica bendiciones de todas las deidades, la madre tierra, y por tanto una personificación de la inextinguible fuerza impulsora de la naturaleza…” (Seemann, 1968 p.282)

Tanto Lamia, como Perséfona son símbolos de muerte, inevitablemente alrededor de ellas siempre estará la figura macabra de la muerte y todo lo que la rodea. Shirley se convirtió en la esposa de turno del mismísimo Hades (Hollywood), convirtiéndose así en la reina de toda una empresa que buscaba succionar como fuera a todos sus habitantes, ¿es posible que la imagen angelical de Shirley haya desaparecido por completo? Tal vez nunca desapareció, y shirley se convirtió en la victima ocasional. Dalí posiblemente pinto a Shirley como la pequeña mujer que debido a su belleza tuvo que sufrir el atosigamiento de una empresa que quiso succionarle su vitalidad, infancia y sangre por un simple motivo, el dinero. Shirley fue la victima, la doncella. Para luego convertirse con el pasar del tiempo en Lamia, un monstruo creado arbitrariamente por un sistema. La fama no fue su compañera de viaje por siempre, al igual que tampoco lo fue su belleza, luego que toda su energía fue arrancada, Shirley quedó en el olvido, y siempre será recordada por muchos, para algunos como la pequeña de los rizos dorados que divirtió a las familias con sus películas, para otros como la victima de ocasión, de una empresa que la convirtió en un monstruo por su talento.

Cuando Blanche moribunda confiesa a su hermana la verdad, Baby Jane es feliz, se ha liberado, consigue aquello que estuvo buscando durante tantos años, una manera de retornar al camino en el que la habían abandonado, por eso, no es de extrañar que su primer deseo luego de ser liberada, sea el de comer un helado. Blanche respira a cuestas, la mujer que vivía del reconocimiento, que se logra ver en las pantallas, que logró reunir el suficiente dinero para comprar una casa, y poder pasar el resto de sus días en comodidad, se sienta al lado de Hades, en un cenital que se va abriendo paulatinamente y nos muestra la otra cara de la moneda, el baile de la victoria, de la satisfacción, mientras hundida en la arena, apenas dos hombres representando la ley se acercan ante un cuerpo que no sabemos del todo si continuará vivo. Baby Jane ha logrado su cometido al igual que Shirley, ser recordada convirtiéndose en un mito.

Glosario simbólico de términos.

Arquetipo:

En primer lugar el arquetipo; según Villalobos, M (2004), es una epifanía, la aparición de lo latente a través del arcano: visión, sueño, fantasía y mito. Una manifestación de inconsciente que parece haber sido heredada de la psique y que a causa de ello, puede manifestarse en todas partes como un fenómeno espontáneo. Precisamente el arquetipo es una manifestación de las expresiones colectivas de la psique “que se encuentran presentes en el inconsciente de todos los hombres. Pero a nivel individual los arquetipos se evidencian a través de símbolos en las diferentes manifestaciones de la psique”. (Jung, 1991 p. ).

Símbolo:

Para De Silva (1995), el símbolo representa otra cosa por semejanza o convención; del griego symbolon: señal, objeto que sirve para identificación (se verifica la identidad comparándolo este objeto con su talón y contraseña); de Symbállein: echar juntos, reunir, comparar, contribuir. Pero un símbolo también presupone la formulación de un hecho desconocido, que se sabe existe, Villalobos (2004) nos dice, “el símbolo es universal, es trascendente. Es universal pues trasciende la historia, y es particular pues se expresa en la forma correspondiente a una época precisa”. Por supuesto el símbolo estimula al hombre tanto en su pensar y su sentir, como en sus sentidos y su intuición.

Mito:

Según De Silva (1995), el mito es un relato tradicional relativo a seres sobrenaturales, o a los antepasados o héroes de un pueblo; del griego Mythos: cuento, fábula, discurso. Por consiguiente los mitos sólo se entienden en relación unos con otros y formando un grupo unificado dentro de la cultura propia y peculiar de cada sociedad o de cada época. A través de la mitología, siempre el hombre buscó abreviar las distancias que lo separa del universo irracional. El mito busca superar este abismo, al mezclar todos los orígenes.

Calavera:

El significado de la calavera para los pueblos antiguos depende del atribuido por los mismos a la cabeza, esta, se considera un receptáculo importante de poderes. La calavera es la representación abreviada de la muerte y como esta alusión a la condición perecedera del ser humano. Actualmente, en aplicaciones algo banalizadas, es indicador de cualquier peligro mortal. (Revilla, F. 1995 p.79).

Muerte:

Fin de un periodo, pero especialmente cuando surge como sacrificio o deseo propio de destrucción. La fe cristiana subraya: La muerte es el nacimiento a la vida eterna. Los griegos la representaron en forma de niño negro, con los pies torcidos, a quien acariciaba la noche, su madre. La muerte también fue representada en forma humana, como momia o como un esqueleto animado, desde la época del gótico. (Revilla, F. 1995 p.284).

Mujer:

Corresponde, en la esfera antropológica, al principio pasivo de la naturaleza. Aparece esencialmente en tres aspectos: como sirena, lamia o ser monstruoso que encanta, divierte y aleja de la evolución; como madre, o Magna Mater (patria, ciudad, naturaleza), relacionándose también con el aspecto informe de las aguas y del inconsciente; y como doncella desconocida, amada o ánima, en la psicología junguiana. Son muy importantes ciertos símbolos en los cuales surge la mujer asociada a una figura de animal. La unión de elementos tomados de la figura femenina con la del león es frecuente en la iconografía. La participación de elementos morfológicos femeninos en símbolos tradicionales, como la esfinge, alude siempre al fondo de la naturaleza sobre el que se proyecta un concepto o una suma de intuiciones cósmicas. En consecuencia, como imagen arquetípica, la mujer es compleja y puede ser sobredeterminada de modo decisivo; en sus aspectos superiores, como imagen del ánima es superior al hombre mismo por ser el reflejo de la parte superior y más pura de éste. (Cirlot, J.E. 1997 p.320).

Cabeza:

Platón dice: “La cabeza humana es la imagen del mundo”. Leblant ratificó esta idea señalándola que el cráneo, como cima semiesférica del cuerpo humano, significa el cielo. Es evidente que se trata de una asimilación de la cabeza y la esfera, cuyo simbolismo de la totalidad es conocido. (Cirlot, J.E. 1997 p.119).

Rostro humano:

En si, el rostro simboliza, la aparición de lo anímico en el cuerpo, la manifestación de la vida espiritual, el rostro humano puede ser, seguramente, la más perfecta manifestación del mundo visible. (Cirlot, J.E. 1997 p.393).

La muerte:

Arcano décimo tercero del Tarot. Esta imagen presenta la conocida alegoría del esqueleto, pero aquí, contra lo acostumbrado, maneja la guadaña hacia el lado izquierdo, los huesos no son grises, sino rosados. El suelo esta sembrado de restos humanos, pero éstos, como en las leyendas y cuentos folklóricos, presentan los caracteres de lo vivo. La vida, en si, esta íntimamente ligada a la muerte, también la muerte es el manantial de la vida, no solo de la espiritual, sino de la resurrección de la materia. (Cirlot, J.E. 1997 p.319).

Murciélago:

En la alquimia occidental el murciélago tiene un sentido no desemejante al del dragón y al del ser hermafrodítico. (Cirlot, J.E. 1997 p.324).

Lamia:

Monstruo femenino en quien confluyen toda una serie de confusas y horribles leyendas. En su origen, Lamia era una reina de Libia de maravillosa hermosura, madre de muchos hijos. Zeus se enamoro de ella, y Hera entonces hizo que toda su prole muriese, a causa de lo cual Lamia perdió la razón y se retiro a lugares desiertos y misteriosos. (Bartra, A. 1982 p.111). Presa de la desesperación, se oculto en una cueva, en la que se convirtió en un monstruo, envidiosa de los niños de las demás mujeres, a los que espiaba para atacarlos (Martinez, F.C. 1997 p.360). Cuando dormía o estaba embriagada era inofensiva; pero una vez despierta se convertía en un vampiro que chupaba la sangre de los niños. (Bartra, A. 1982 p.111.). Como Hera la había vuelto insomne, Zeus le había concedido la facultad de poderse poner y quitar los ojos y de adoptar cualquier apariencia, a veces adquiriendo rasgos andróginos, capacidad de metamorfosis, aspectos groseros y siempre una insaciable sed de sangre; la Lamia se caracteriza por tener la leche venenosa, con la cual mata a sus propios hijos, y es tomada como un símbolo del mundo, que mata con las ilusiones del vicio a sus propios hijos. (Izzi, M. 1996 p.289). Lamia es un cuadrúpedo completamente cubierto de escamas, con rostro de mujer, zarpas en las patas delanteras y cascos en las posteriores, pechos femeninos y órganos sexuales masculinos. Se trata pues, de una expresión antigua del tipo de la mujer fatal. Por extensión se denominan Lamias ciertos seres afines a las sirenas y peligrosos como éstas.

La recepción por la tradición cristiana de creencias simbólicas semejantes, en que la belleza femenina se asocia a la perversidad, ha confirmado la secular misoginia del pensamiento eclesiástico, dañando la sensibilidad estética del pueblo: lo hermoso, grato, atractivo, pasaba a ser vivenciado como amenazador. (Revilla, F.1995 p.240).

Bibliografía.

Bartra, A. (1982). Diccionario de Mitología. Barcelona: Ediciones Grijalbo.

Cirlot, J.E. (1997). Diccionario de Símbolos. Madrid: Ediciones Siruela

Descarnes, R y Neret, G. (1998). Salvador Dalí 1904-1989. Roma: Editorial Taschen.

Gómez De silva, G. (1995). Breve diccionario etimológico de la lengua española. México: Fondo de Cultura Económica.

Izzi, M. (1996). Diccionario ilustrado de los monstruos. Barcelona: Ediciones Alejandría

Jung, C.G. (1944). Los complejos y el inconsciente. Barcelona, España: Editorial Altaya

Jung, C.G. (1991). Arquetipos e Inconsciente Colectivo. Barcelona: Ediciones Paidós

Martinez, F.C., Fernandez, E, Meleno, L, R. (1997). Diccionario de Mitología Clásica 2. Madrid: Alianza Editorial.

Revilla, F. (1995). Diccionario de Iconografía y Simbología. Madrid: Ediciones Cátedra

Seemann, O. (1968). Mitologia Clasica Ilustrada. Barcelona, España: Ediciones Ariel

Villalobos, M. (2004). Apuntadas. Cuaderno de Mitología Griega y Psicología Arquetipal. Caracas: Editorial Comala.Com.

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